Masacre de Sabra y Shatila

[5]​ Desde 1975 hasta 1990, diversos grupos aliados con países vecinos lucharon unos contra otros en la guerra civil libanesa.

[13]​[14]​ Tras la guerra, Israel presentó sus acciones como una respuesta al terrorismo que la OLP estaba llevando a cabo desde diversos frentes, incluida la frontera con el Líbano.

[1]​ Sin embargo, ese mismo día las fuerzas internacionales que iban a garantizar la seguridad de los refugiados palestinos abandonaron Beirut.

De cara al público, argumentaron que esta medida se tomaba para evitar el caos.

[29]​ Tan solo un miembro más del ejecutivo israelí fue consultado a este respecto: el ministro de Asuntos Exteriores Isaac Shamir.

Posteriormente, la revista mensual del ejército israelí Skira Hodechith escribió que las Fuerzas Libanesas esperaban provocar «el éxodo general de la población palestina» y tenían como objetivo crear un nuevo equilibrio demográfico en el Líbano que favoreciese a los cristianos.

Los líderes de la milicia le respondieron que harían falta veinticuatro horas para organizar la movilización.

Horas más tarde, los tanques del ejército israelí comenzaron a bombardear los campamentos de refugiados.

Solo se envió un pequeño número de fuerzas a los campos y sufrieron bajas mínimas.

Sin embargo, por entonces ya se sabía que los falangistas suponían un riesgo de seguridad especial para los palestinos.

[1]​ Según una enfermera neerlandesa, el campo estaba tan iluminado como «un estadio durante un partido de fútbol».

De hecho, ya habían matado a drusos como venganza ese mismo día.

Esa misma mañana, un historiador del ejército israelí copió una nota que después desaparecería y que había encontrado en el Comando Norte en Aley.Durante la noche, los falangistas se adentraron en los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila.

Un poco más tarde, vio que los falangistas habían asesinado a un grupo de cinco mujeres y niños.

Intentó obtener confirmación de la noticia durante horas, pero no obtuvo más respuesta que «hay algo».

Sin embargo, Shamir testificó que solo recordaba que Tzipori le había informado de la muerte de tres o cuatro soldados israelíes, pero no hizo mención alguna a una masacre o carnicería, sino a una «conducta violenta».

Nosotros lo negamos.Tras eso añadió que nada sucedería, salvo quizás la muerte de algunos terroristas más, lo cual beneficiaría a todos.

Shamir y Sharón acordaron finalmente una retirada gradual para cuando terminase el año nuevo judío, dos días más tarde.

Poco después hubo una reunión entre el jefe del Estado Mayor de Israel y los líderes falangistas.

[38]​ Las investigaciones que se llevaron a cabo después de la masacre encontraron pocas armas en los campamentos.

Italia expresó su «gran preocupación» por «el nuevo avance israelí», pero no tomó ninguna medida para que sus fuerzas volvieran a Beirut.

El gobierno lo sabía desde la noche del jueves y no movió un dedo ni hizo nada para impedirla».

Tanto Canadá como Singapur cuestionaron que la Asamblea General fuese competente para determinar si un acto así podía constituir un genocidio.

El hecho produjo un gran escándalo internacional y conmovió a la opinión pública israelí, produciendo una profunda crisis política.

Menájem Beguín, que en un principio se había negado a establecer una comisión de investigación sobre el papel del ejército israelí en las masacres,[1]​ se vio totalmente desbordado y accedió, tres días después de las manifestaciones, a la creación de una comisión encargada al presidente del Tribunal Supremo, Yitzhak Kahan, que sería conocida en adelante como la Comisión Kahan.

[47]​[48]​[49]​ Antes de morir, Elie Hobeika había declarado: “Estoy muy interesado en que el juicio empiece porque mi inocencia es un asunto clave”.

Ariel Sharon denunció a la revista TIME por injurias tanto en tribunales estadounidenses como israelíes y demandó 50 millones de dólares.

Israel no lo tomó en consideración y adujo que se trataba de un proceso basado en motivaciones políticas.

Esta ley fue luego invocada para iniciar causas contra George W. Bush, Tony Blair, Donald Rumsfeld, Colin Powell y Condoleezza Rice,[50]​ y sirvió asimismo como modelo para presentar querellas contra otros líderes por crímenes contra los derechos humanos, como Fidel Castro (en España,[51]​ acusación que fue finalmente desestimada[52]​) o el propio Yasser Arafat (en Francia).

No obstante, ante el cuestionamiento de la jurisdicción belga para este tipo de procesos sobre derechos humanos, que causó a Bélgica problemas diplomáticos, esta nación enmendó su ley para que se circunscribiera a casos donde las víctimas fuesen ciudadanos belgas.

Tropas israelíes al sur del Líbano (1982)
Rafael Eitan , jefe del Estado Mayor del ejército israelí.
Ariel Sharón y Oded Shamir en las afueras de Beirut .
Avión civil destruido en el Aeropuerto Internacional de Beirut (1982).
La plaza de los Mártires, en el campamento de Chatila, que marca uno de los lugares en los que fueron fusilados jóvenes palestinos.
Memorial en recuerdo de las víctimas de la masacre.
Manifestantes protestando contra la masacre.
Manifestantes italianos protestando contra la masacre.