Precisamente, su edad se erige en escollo para que pudiera haber sido el culpable.Concluida esa vinculación amorosa, meses más tarde conoció a la viuda Isabella Spink con la cual contrajo nuevas y viciadas nupcias (convirtiéndose de hecho en bígamo, dado que nunca se divorció de su primera cónyuge polaca).[cita requerida] El hombre instaló una taberna emplazada en City Road, la cual logró mantener gracias a los ahorros de su cónyuge.El viudo raudamente se recuperó de la pérdida y contrajo enlace con la que entonces era camarera en su negocio, una joven llamada Bessie Taylor.Se ordenó exhumar los cadáveres de Isabella Spink y Bessie Taylor, demostrándose que sus muertes fueron provocadas por el mismo modus operandi utilizado para finiquitar a Maud March.[cita requerida] Quedaba claro quién era el responsable, y le correspondería al Sargento Detective de la Policía Metropolitana George Godley, un policía que tres años atrás participase en las pesquisas por los crímenes del otoño sangriento, el mérito de arrestar personalmente al envenenador.[8][9] Tampoco faltaron aquellos expertos que acusaron a Severin Klosowski de cargos aún más atroces.Empero, se sostiene que en el año 1887 ya constituía un precoz desmembrador de mujeres.Se destaca, en esta hipótesis incriminatoria, que el envenenador residía en Inglaterra durante los asesinatos del Destripador, y que igualmente había regresado a suelo inglés, luego de su estadía en el extranjero, cuando ocurrieron las siniestras apariciones en las cercanías del principal río británico.