Tras la Guerra Civil, en 1940 el régimen franquista decidió abrir una fábrica de nitrogenados sintéticos en Sestao.
Debido a la política autártica del régimen la fábrica creció mucho sobre todo durante la década de 1960.
Llegó a contar con un edificio de servicios sociales donde tenían cabida la enfermería, el comedor y los recintos para diferentes actos como las misas dominicales.
Fue esta nueva planta la que suscitó mayores protestas en los vecinos y unido al comienzo de la conciencia ecológica provocaron varias manifestaciones llegando a denegar el ayuntamiento el permiso municipal para la construcción de la nueva planta.
Finalmente, debido a diversas presiones, el consistorio autorizó la apertura de la planta.
Indumetal se integró en Befesa en 1993, junto con Berzelius Umwelt Service (BUS) y Duro Felguera, y se hizo con dicha fábrica, siendo de las primeras fábricas de esa nueva empresa.
Tan solo dos años después de su compra el ayuntamiento recalificó esos terrenos otorgándoles el permiso para uso residencial.