Los romanos cultivaron en Sayalonga productos de huerta, aprovechando para ello la cercanía del río y su clima.
Emplearon unas terrazas preexistentes junto al río, que tal vez sean de diseño fenicio.
Una rama de una calzada romana pasaba junto a lo que hoy se conoce como Ventorrillo del Aljibe.
Entre otras calles, es destacable el Callejón de la Alcuza, que mide tan solo 50 centímetros por su lado más estrecho.
Se encuentra en pleno centro del casco histórico, junto a la iglesia y la oficina de turismo.
Igualmente se hace entrega de los galardones del níspero a nivel andaluz, comarcal, y local.
Hay cantes, bailes, bebida y comida para disfrutar de la fiesta hasta que se aguante.