Santiago 1
El autor se identifica como "Santiago, un sirviente de Dios y del Señor Jesucristo".La epístola ha sido tradicionalmente atribuida a Santiago el Justo, escrita en Jerusalén entre 48 d. C. y 61 d. C..[7] Este texto sagrado, más que una carta tradicional dirigida a destinatarios específicos, se presenta como un tratado o reflexión sapiencial............... Santiago instruye al cristiano sobre la actitud correcta frente a las pruebas y sufrimientos, enseñando que deben afrontarse con alegría (vv. 2-4).Entre estas pruebas, incluye tanto la pobreza como la riqueza, y subraya que la recompensa divina está reservada para quienes superan las adversidades, considerándolos bienaventurados (v.8), literalmente «de ánimo doble», es el que se mueve entre la confianza y la desconfianza.Ante las pruebas a las que se ven sometidos los destinatarios, Santiago es claro: de Dios únicamente puede provenir el bien.Tampoco podría decirse que, al dar la libertad, Dios es causa del pecado.Ahora, mediante imágenes expresivas, especifica que, aunque tenga ese poder, no basta con oírla: es necesario escucharla con docilidad