Los territorios conseguidos adquieren su primera organización; también Segovia, que tendrá su propio alfoz en una Comunidad de Ciudad y Tierra que se divide en sexmos y que durará hasta que en 1480 la reina Isabel decide donar las tierras de Casarrubios y Valdemoro a Andrés Cabrera e Isabel de Bobadilla, señores de Moya —título otorgado por Enrique IV— hasta ese año, cuando Isabel eleva el rango a marquesado.
Sus habitantes del siglo XVIII fueron famosos arrieros comercializando principalmente harina y trigo con Madrid.
Llegó a tener cuatro molinos de chocolate, con la marca Garcisánchez alguno aún en pie.
Tiene dos núcleos dependientes, Etreros como barrio y Cobos de Segovia como pedanía o entidad menor.
Construida en 1684 pues el siglo XVII es el momento de mayor esplendor económico del municipio.
Los arrieros altamente reconocidos no sólo en la provincia sino también en toda Castilla.
Se enriquecieron por la especulación del grano, que guardaban en sus sobraos para conseguir las ventas más provechosas.
Esta plaza se mantiene sin asfaltar porque en fiestas se convierte en albero dónde se festejan los toros de gran tradición en esta localidad, que vienen celebrándose ininterrumpidamente desde al menos 1702, todos los veranos en honor al patrón del municipio San Bartolomé.