[1] Este sacrificio, en un sentido más primitivo, corresponde a la ofrenda de un don perceptible por los sentidos, como manifestación externa de la veneración hacia el Dios, aunque puede tener connotaciones más espirituales y abstractas.
[5] El término latín sacrificium (un sacrificio) derivado del latín sacrificus (realizar funciones sacerdotales o sacrificios), que combinaba los conceptos sacra (cosas sagradas) y facere (hacer o ejecutar).
También cumplía una función social o económica en aquellas culturas en las que las partes comestibles del animal se distribuían entre los asistentes al sacrificio para su consumo.
Algunas ocasiones para el sacrificio humano encontrado en múltiples culturas en múltiples continentes incluyen: Hay pruebas que sugieren que las culturas prehelénicas de la minoica practicaban el sacrificio humano.
46-120 d. C.) menciona la práctica, al igual que Tertuliano, Orosius, Diodoro Sículo y Filón.
Describen a niños que eran asados hasta la muerte mientras aún estaban conscientes en un ídolo de bronce caliente.
Los sacrificios humanos ya no están oficialmente permitidos en ningún país, y los casos que puedan darse se consideran asesinato.
Los antiguos hebreos tenían muy arraigado el concepto de sacrificio u ofrenda a Dios.
Numerosos son los pasajes también que explicitan como estos sacrificios eran "agradables a Dios" según las creencias de los antiguos judíos.
Las víctimas solían ser bueyes, terneras, carneros, corderos, chivos, cabritos y moruecos.
Desde la destrucción del Templo en Jerusalén en el año 70 los judíos ya no hacen sacrificios de cualquier tipo para comunicarse con Dios.
Para los judíos hoy en día la vida religiosa consiste en portarse bien, cumplir con los 613 mandamientos que se llaman mitzvot (singular: mitzvá) relevantes aun sin Templo, ayudar a los demás, y rezar.
Así, la oblación se entiende como la voluntad constante de seguir los preceptos del cristianismo, y en ese sentido su mayor ofrenda a Dios es la fe.
El pan y el vino, ofrecidos por Melquisedec en sacrificio en la antigua alianza (Génesis 14:18; Salmo 110:4), se transforman mediante la misa en el cuerpo y la sangre de Cristo (véase transubstanciación; nota: la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Metodista no sostienen como dogma, al igual que los católicos, la doctrina de la transubstanciación, prefiriendo más bien no hacer una afirmación respecto al "cómo" de los sacramentos),[19][20] y la ofrenda se hace una con la de Cristo en la cruz.
Para los católicos, la teología del sacrificio ha experimentado cambios considerables como resultado de estudios históricos y escriturales.
[17] La Iglesia Irvingianaes, enseña la "presencia real del sacrificio de Jesucristo en la Sagrada Comunión":