[1]Sin embargo, algunos profesionales consideran el TA como un tipo de bulimia, incluyendo ambos diagnósticos dentro del mismo espectro clínico.
Se describió por primera vez en 1959 por el psiquiatra e investigador Albert Stunkard como "síndrome de alimentación nocturna" (Night Eating Syndrome (NES)), y el término "trastorno por atracón" fue acuñado para describir la misma conducta alimentaria compulsiva, sin la connotación nocturna.
[4] El trastorno fue descrito por primera vez en 1959 por el psiquiatra e investigador Albert Stunkard como "síndrome de alimentación nocturna" (SAN).
Esto podría ser otra señal de factores neurobiológicos que contribuyen al proceso adictivo.
[10] Otras investigaciones también tuvieron en cuenta cuáles son los factores disparadores del atracón, entre ellos se encuentran: tensión emocional, empezar a comer algo y estar solo/a.
En ella se definen los principales signos, síntomas y características clínicas como requerimientos para un correcto diagnóstico del paciente.
[3] Recientemente, investigadores han utilizado estos códigos para desarrollar algoritmos de aprendizaje automático o machine-learning.
Los principales criterios utilizados como predictores por el modelo han confirmado tener un alto valor predictivo para el diagnóstico del trastorno por atracón.
Los estudios con el modelo desarrollado han demostrado una alta precisión y sensibilidad a la hora de predecir el diagnóstico.
Esto permite una vez más mejorar los manuales para realizar un correcto diagnóstico diferenciando pacientes con obesidad o sobrepeso de los que padecen el TA.
Se sabe que el gen HFE está implicado en la patogenia de la hemocromatosis hereditaria.
Posteriormente, se realizó un meta-análisis en gene-set (MAGMA) para evaluar la asociación entre conjuntos de genes y los rasgos fenotípicos implicados, con el que se identificó también el locus de APOE, gen con implicaciones conocidas en enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas como el Alzheimer.
Esto es, en pacientes con TA se observan rasgos como un peor rendimiento cognitivo, un cociente intelectual bajo y un menor sentimiento de bienestar general.