[4] El Arzobispo de Caracas, Ramón Ignacio Méndez, desterrado del país por José Antonio Páez, secundaba el movimiento, esperaba «cambios que no dudo serán provechosos a la religión», en comunicación con el Papa Gregorio XVI.
[6] Los organizadores buscaron un líder en la figura de José Tadeo Monagas,[1]quién aceptó alegando que no lo hacía por lealtad a Simón Bolívar sino para reformar la Constitución.
[9] A partir del 29 de marzo, José Francisco Bermúdez abre operaciones desde Güiria contra los insurrectos.
[10] El Congreso Nacional destituye a Santiago Mariño como ministro de guerra y marina.
[9] En septiembre de ese mismo año, el general José Francisco Bermúdez pasará del bando constitucional al federalista y se insurreccionará bajo las capituladas banderas, sin encontrar entonces apoyo efectivo entre los caudillos orientales.
[2] Políticamente desprestigiado Santiago Mariño se retira a la vida privada sin haber sido sancionado por rebelión.