En las Antillas, se dedica al comercio y a sus inversiones casi de manera exclusiva, pero ya después de dos intentos fallidos por liberar a su país y con la radical posición adoptada por los realistas, Lander se covence que si se desea la libertad de Venezuela, la batalla es la única manera de ganarla, por lo cual se contacta con Simón Bolívar, a quien ayuda a organizar las Expedición de los Cayos, en la cual además funciona como secretario del Libertador, pero tras el fracaso por poner en marcha en dos ocasiones la susodicha expedición, Lander permanecerá en las Antillas del Caribe hasta 1818, momento en que el avance patriota en Venezuela, se va consolidando gracias a las Campañas Admirable de Bolívar y de Oriente de Santiago Mariño, le da la suficiente confianza para regresar al país, sin embargo permanecerá muy poco tiempo en él, pues poco después parte a Europa, donde permanecerá hasta 1820.
Además, José Antonio Páez promovió la consolidación del diálogo y el debate político, gracias a su «gobierno deliberativo», así como llevó a cabo una gran cantidad de acciones de corte liberal a lo largo de su gobierno, además de brindarle prosperidad al país, todas éstas acciones que concordaban perfectamente con los ideales ilustrados que tanto adoraba y defendía.
Sin embargo cuando estalló la Revolución Integradora Lander se mostró contrario a la aptitud conciliadora del gobierno y en cambio era partidario de rendir a los alzados por las armas, negarles la posibilidad de expulsión y no garantizarles la vida ni sus propiedades.
José María Vargas, fue quizá el momento en cual, ya Lander, vio a su país con orgullo, pues finalmente un civil era candidato a la presidencia y más aún, la ganaba, pero el resultado fue devastador, el congreso se opuso a Vargas y su gobierno fue derrocado por la Revolución de las Reformas, sin embargo posteriormente fue restaurado en el poder por Páez, hasta aquí, todo iba bien, pero, tras que el mandato presidencial concluyera y Páez ganase nuevamente la presidencia, Lander, entendió que una vez más, uno de sus tan preciados principios democráticos, se veía pisoteado, la alternabilidad que debía existir en toda democracia y que la misma Constitución de 1830 demandaba.
En consecuencia, otro líder que Tomás Lander había respaldado se había desviado del "camino ilustrado", a lo cual se sumaba la pésima situación económica, las tensiones entre las clases sociales y la existencia de una Oligarquía, cimentada en la unión entre terratenientes y la burguesía comercial, que él, aun siendo un acaudalado empresario y propietario, no justificaba interviniese, y más aún, dominase la política de un país, de a acuerdo a sus intereses.
La conflictividad continuará hasta la caída del «Liberalismo Amarillo» a manos de Cipriano Castro, tras cuyo gobierno se creará la más larga de las dictaduras que ha vivido Venezuela, la de Juan Vicente Gómez; sin embargo, estos son hechos que el gran padre del liberalismo venezolano no llegará a ver.