Retrato de Mariano Goya (1815)

En 1804 Javier Goya se casó con Gumersinda Goicoechea, con quien tuvo un único hijo, Mariano, apodado "Marianito".

[3]​ Los padres de Mariano vivieron con el pintor hasta 1806, cuando se mudaron a la casa que les dio.

[5]​[6]​ El último retrato aun muestra reminiscencias de los delicados e inocentes rasgos del niño.

En 1828, al enterarse de la enfermedad del abuelo, Mariano llega a Burdeos y lo acompaña en sus últimos momentos.

En 1846 intentó adquirir el título de marqués del Espinar, pero aunque los derechos del vendedor sobre el título resultaron ilusorios, se autodenominó marqués de por vida.

[6]​ Goya enfatizó la pureza e inocencia de los niños, en contraste con el pintor barroco Murillo, que se centraba en la pillería y picardía.

[10]​ Mariano está sentado en una silla con una partitura abierta frente a él, lo que puede indicar interés por la música.

La mano izquierda se apoya en la cintura en un gesto grácil, mientras que la mano derecha sostiene un papel enrollado, que parece mover como una batuta [10]​ o reproducir el ritmo de la partitura.

Goya utiliza una pincelada rápida, omitiendo detalles para concentrarse en la figura de su nieto.

[12]​ En el reverso del cuadro hay escrita una inscripción: Goya a su nieto.

[10]​ El cuadro perteneció a la colección del mismo Mariano Goya, y luego a diversas colecciones privadas: Eduardo Cano en Madrid, Manuel Ussel (o Wssel; 1833-1907) en Madrid y Manuel Urzaiz en Sevilla.

El retrato fue devuelto a sus dueños y ya no se exhibe.