En 1804 Javier Goya se casó con Gumersinda Goicoechea, con quien tuvo un único hijo, Mariano, apodado "Marianito".
Los padres de Mariano vivieron con el pintor hasta 1806, cuando se mudaron a la casa que les dio.
[4][5] El último retrato aun muestra reminiscencias de los delicados e inocentes rasgos del niño.
[7] En Burdeos, apartó gran parte de sus ingresos para mantener a Mariano.
En 1828, al enterarse de la enfermedad del abuelo, Mariano llega a Burdeos y lo acompaña en sus últimos momentos.
En 1854 vendió la Quinta del Sordo, que había recibido de su abuelo.
[9] Goya presenta a un joven apuesto, de rasgos amables, que trasmite alegría y simpatía juveniles.
Enrique Lafuente Ferrari habló con los habitantes del pueblo donde murió Mariano.
1827, a los 81 años de su edad) se encuentra en el reverso del cuadro.
El enfoque principal del pintor está en el rostro, mientras el atuendo se representó de una manera rápida y esquemática.
Quizás Goya decidió que no encajaba con los colores tenues de la composición.