Luis II murió en 1417, y sus hijos, junto con su cuñado el delfín Carlos, quedaron bajo la tutela de su madre.
Muy aficionado a las artes, escribió novelas y obras de carácter moral, tanto en verso como en prosa.
Enfadado, Alfonso, en 1441 sitió la ciudad de Nápoles durante seis meses.
[2] Renato huyó hacia sus posesiones de Francia, que habían sido gobernadas por su madre, pero esta murió en 1442.
Con esa fuga los napolitanos le volvieron la espalda y aunque él pensó que mantendría la corona real de Nápoles lo cierto es que la perdió en favor del Rey de Aragón.