Imperio de Ghana

La primera mención identificable de la dinastía imperial en registros escritos fue realizada por Muḥammad ibn Mūsā al-Khwārizmī en 830.

Se cree que varios reinos que surgieron en esta parte de África tras los procesos de centralización política desencadenados por los drásticos cambios económicos ocurridos durante el siglo VIII en las regiones del Sahel y el Sahara.

Los primeros escritos que mencionan el reino se deben a comerciantes Sanhaja del siglo VIII.

El académico de Córdoba Abu Abdullah al-Bakri coleccionó las historias sobre los viajes a Ghana y dio una detallada descripción del reino en 1067, época en que el ejército imperial tenía 200 mil soldados y 40 mil arqueros.

La religión se centraba en la adoración de Bida, una mítica serpiente del río Níger.

A finales del siglo XIX, cuando las fuerzas francesas ocuparon la región en la que se encontraba la antigua Ghana, los funcionarios coloniales empezaron a recopilar relatos tradicionales, incluidos algunos manuscritos escritos en árabe algo antes en el siglo.

Las tradiciones describían el reino como fundado por un hombre llamado Dinga, venido "del este" (por ejemplo, Asuán, Egipto[3]​), tras lo cual emigró a diversas localidades del oeste de Sudán, dejando en cada lugar hijos de diferentes esposas.

Para alcanzar el poder en su última ubicación tuvo que matar a un duende, y luego casarse con sus hijas, que se convirtieron en los antepasados de los clanes dominantes en la región en el momento del registro de la religión.

[9]​ Raymond Mauny, resumiendo la arqueología temprana, varias tradiciones y los materiales árabes en 1961, concluyó apresuradamente que el comercio exterior fue vital para la fundación del imperio.

Los Ghanas toleraron la difusión del islam aunque nunca se convirtieron, como sí ocurrió con los gobernantes de Takrur en lo que hoy es Senegal.

Diara Kante se apoderó de Kumbi Saleh en 1180 y estableció la dinastía Diarisso.

Otros productos tenían tasas fijas; al-Bakri mencionó tanto el cobre como "otras mercancías".

Ghana se enriqueció gracias al comercio transahariano con oro, hierro, sal y esclavos.

Afirma que "tan pronto como un hombre es encarcelado allí, ya no se vuelve a saber de él"[21]​.

Sin embargo, según Al-Boukri, el rey concedía regularmente audiencias al pueblo para escuchar sus quejas y ponerles remedio.

Para ello, dice Al-Boukri, La justicia se administraba regularmente mediante la Prueba del agua.

Según las leyendas tradicionales, los sobrevivientes del Imperio migraron hasta la actual Ghana, cuyos pobladores conocían como comerciantes de oro.

Estados formados tras la descomposición del imperio de Ghana.