Inicialmente vivieron con los padres de Ramón, con los que había firmado un contrato de convivencia que anularon por discrepancias, y por este motivo se instalaron en otra vivienda.En 1812, a causa de la atención que se debía dispensar a su madre, incapacitada por enfermedad, se suscitó un pleito entre el padre, Joaquín, al que apoyaba Ramón, y los otros dos hijos, Joaquín María y José Fermín.Ramón, por su parte, desde 1810 ya trabajaba por su cuenta en un edificio alquilado en la calle Bolserías en el que también vivía.Se tiene noticia de que en 1837 la imprenta todavía funcionaba en este lugar.Bien sea por la ruina o más probablemente porque sufrió represalias por su colaboración con los franceses, el caso es que no se le conocen trabajos de impresión entre 1814 y 1820.[7] Su militancia liberal también fue compartida por sus hermanos, Joaquín María y José Fermín.A pesar de todo esto, Ramón Domingo tuvo más fortuna que sus hermanos Joaquín María y José Fermín, que enmudecieron como impresores para siempre a partir de 1823, coincidiendo con la restauración del absolutismo.Por el contrario, no hay una sola obra relacionada con la religión, cuando hasta la fecha había sido el tema más frecuente en las imprentas del Antiguo Régimen.Por los temas de los impresos, la mayoría (14) corresponde a instituciones políticas o son anónimos.No obstante, resulta significativo que algunos de los autores más relevantes afincados en Navarra le confiaron sus originales, como Valentín de Foronda (1820)[14] y José Yanguas y Miranda (1837).
Decreto de creación de la Milicia Urbana, impreso por Ramón Domingo y de la que formó parte
Decreto sobre la abolición de la Inquisición (1820)