Pascual Ibáñez (Salvatierra de Esca, Zaragoza, hacia 1724 - Pamplona, 1775), impresor, librero y editor.En 1747 se casó en Pamplona con Fermina Antonia Idoy Pérez de Luengo; él tendría 23 años y ella dos menos.[3] En 1775, al aumentar el volumen de encargos, contrata por año y medio a dos jóvenes impresores por veinte reales mensuales más la manutención.En ese mismo convento habían recibido sepultura su primera esposa y su suegra, Fermina Pérez de Luengo.A ella tienen derecho los dos hijos supervivientes del primer matrimonio, su segunda esposa y sus tres hijos, más el que esta había tenido en su primer matrimonio.Por el contrario, en el bienio 1762-1763 no se conocen títulos; tampoco en 1765, aunque esto no significa que permanezca inactivo; todo lo contrario, ya que por esas fechas está volcado en la impresión de los Anales del Reino de Navarra, que verán la luz en 1766.Los cinco títulos registrados en el capítulo de Ciencias ofrecen más diversidad: tres están relacionados con la salud y dos con la filosofía.En consecuencia se le ordenó destruir la tirada y hacerse cargo de todos los gastos.Pascual Ibáñez recibió el encargo de impresión y lo resolvió satisfactoriamente.Se tiraron 500 ejemplares y Pascual Ibáñez, en distintos momentos, cobró por su trabajo 8.878 reales.El Ayuntamiento de Pamplona le encarga con asiduidad trabajos menores.Las cuentas del municipio dan noticia de libramientos al menos en 1761, 1762, 1764, 1765, 1766, 1769 y 1772.La tirada varía según los casos, aunque se puede cifrar en torno a 500 ejemplares.Se tiene menos noticias de trabajos de esa índole realizados para la Diputación, aunque el año 1766, precisamente cuando termina los Anales, reúne un número considerable, entre los que figuran aranceles, patentes, así como una carta circular sobre “fuegos, cuarteles y alcabalas, y la ley del tabaco”.Finalmente, también edita por su cuenta obras menores, fundamentalmente piadosas, entre las que se encuentran estampas y folletos de bajo precio.Con el negocio ya asentado, en 1761 se registra un caso de dudosa profesionalidad.Ibáñez ha comenzado a imprimir las Cartas de Juan de Palafox, una obra sobre la que tiene el privilegio del Consejo Real su colega José Miguel Ezquerro, quien le denuncia, aduciendo que el propósito de Ibáñez atenta contra sus derechos y le puede producir un grave perjuicio económico.La inspección del taller resulta concluyente al constatar que ya ha impreso seis pliegos de esta obra y que el cajista sigue trabajando en la composición de otros.[9] Mantiene relaciones comerciales con libreros de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza y Vitoria.El inventario de su librería recoge obras con referencias poco precisas a la procedencia: “extranjero”, “Francia” o “Italia”.Cabe deducir que Ibáñez vendía preferentemente obras sencillas, de poca extensión y precio asequible.Destaca, en primer lugar, el importante porcentaje de obras religiosas, que viene a suponer la mitad del fondo.
Tomo primero de los
Anales del Reino de Navarra
, impresos por Pascual Ibáñez (1766)
Impreso de dos hojas con el relato de un milagro de san Luis Gonzaga (1765)
Polémica sobre el método de enseñar gramática, impresa por Pascual Ibáñez, "impressor y mercader de libros" (1769)