La moneda pudo haber sido acuñada para comerciar con la España islámica, o puede ser parte del pago anual de 365 mancuses que Offa prometió a Roma.
La banda en escritura pseudocúfica «era una característica ornamental recurrente en Limoges y había sido adoptada durante mucho tiempo en Aquitania».
[9] Desde circa 1450, los artistas del norte de Italia también comenzaron a incorporar recursos decorativos pseudoislámicos en sus pinturas.
Finalmente, los elementos pseudoárabes se tornaron raros después de la segunda década del siglo XVI.
[19] Según Rosamond Mack: «Los textos, vestimentas y halos orientales desaparecieron cuando los italianos miraron la época de los primeros cristianos en un contexto romano antiguo».