Código Internacional de Nomenclatura Zoológica
El Código consta de Artículos (que son obligatorios) y Recomendaciones.A este primer código siguieron otros, dentro y fuera de Gran Bretaña.Según las necesidades de clasificación pueden intercalarse otras categorías usan los prefijos super- (superfamilia, superclase), sub- (suborden, subespecie) o infra- (infraclase, infraorden).El Código Internacional de Nomenclatura Zoológica establece normas que afectan a los niveles especie, género y familia.Los niveles por debajo de subespecie no son contemplados por el Código, dado que proporcionar nombres científicos a cualquier variación fenotípica, práctica frecuente en algunos grupos (lepidópteros, coleópteros, etc.), se considera de nula utilidad científica.Las normas establecidas por el Código deben ser asumidas y respetadas por todos los zoólogos, constituyendo algo parecido a una gramática que permita a todos hablar un mismo idioma científico universal.La nomenclatura zoológica requiere que a los nombres científicos, independientemente de su origen lingüístico, se les asigne un nombre en latín, para lo cual se usan las 26 letras del alfabeto latino (incluyendo j, k, w, y) y las normas gramaticales de esa lengua.Deben estar adscritos a uno de los géneros gramaticales latinos (masculino, femenino o neutro) y deben escribirse siempre en un tipo de letra diferente al texto normal en que se encuentran, en cursiva cuando el texto está escrito en regular y regular cuando el texto está escrito en cursiva.Así, en Buprestis (Yamina) sanguinea, Buprestis es el género, Yamina es el subgénero y sanguinea es la especie (obsérvese que se usa letra cursiva siempre que se escribe un nombre de un género y especie).En el nombre científico asignado a las especies, el nombre específico nunca debe ir aislado del genérico ya que carece de identidad propia y puede coincidir en especies diferentes.Si se ha citado previamente el nombre completo y no cabe ninguna duda de a qué género se refiere, el nombre del género puede abreviarse a su inicial (M. religiosa).Si el descriptor de una especie la colocó en un género diferente del que se le asigna actualmente, su nombre y la fecha deben ir entre paréntesis.Con frecuencia un mismo taxón posee más de un nombre, lo que puede crear mucha confusión entre la comunidad científica.Tras la aparición del Código, todos los nombres científicos se rigen por el principio de prioridad.[3] Hay una excepción a esta regla, publicada por la ICZN en el año 2003, que hace que prevalezcan los nombres específicos de los animales silvestres frente a los nombres de los animales domésticos.Por ejemplo: La mosca azul común se ha denominado durante largo tiempo Calliphora erythrocephala (Meigen, 1826) y bajo este nombre se han publicado la mayoría de trabajos sobre fisiología de esta especie y especialmente algunos muy importantes sobre su metamorfosis.El Código reconoce los siguientes tipos: Todos los tipos deben rotularse adecuadamente con una etiqueta conspicua y custodiarse de forma especial por las personas o instituciones que los amparen, permitiendo su estudio a todos los zoólogos, ya que son patrimonio de la Zoología.