Sus funciones constitucionales son, básicamente, ejercer la representación de la República Portuguesa, ser el garante de la independencia nacional y de la unidad del Estado y garantizar el funcionamiento regular de las instituciones, siendo además inherentemente, el comandante supremo de las Fuerzas Armadas Portuguesas.
El presidente es elegido por los ciudadanos mediante sufragio universal directo por un período de 5 años, no pudiendo ser reelegido para un tercer mandato consecutivo.
Para ello, si es necesario, se realiza una segunda vuelta con los dos candidatos que han obtenido más apoyos en la primera votación.
El salario mensual y los subsidios recibidos por el presidente de la República se rigen por leyes especiales.
El presidente tiene su residencia oficial en el Palacio Nacional de Belém, en Lisboa.