El presidente federal es el encargado de firmar las leyes para que puedan ser publicadas en el Bundesgesetzblatt (Boletín Oficial del Estado) y entren en vigor.Desde 1949, solo en cinco ocasiones un presidente federal se ha negado a firmar una ley; y en ninguno de esos casos la decisión fue apelada ante el Tribunal Constitucional.Puede disolver el Parlamento Federal (Bundestag) en dos casos: Si en la elección del canciller federal ningún candidato consigue la mayoría absoluta después de tres votaciones, el presidente federal puede decidir entre nombrar al candidato más votado para que forme un gobierno en minoría, o disolver el Bundestag y convocar elecciones nuevas (art.Además, el presidente federal puede disolver el Bundestag si el canciller se afronta a una moción de confianza y la pierde (art.No obstante, todas estas disoluciones habían sido provocadas a propósito por el Gobierno Federal para hacer posible elecciones anticipadas, ya que el sistema parlamentario alemán no prevé ninguna otra forma para disolver el Bundestag.Mientras el primer Presidente del Reich, el socialdemócrata Friedrich Ebert hizo un uso discreto y moderado de estas competencias, después de la muerte de este, en 1925, fue elegido presidente el anciano y políticamente poco experto Paul von Hindenburg, quien había sido jefe del Estado Mayor alemán durante la Primera Guerra Mundial y se declaraba a sí mismo monárquico.El primer presidente federal fue Theodor Heuss (1949-1959), un liberal que ya había sido parlamentario durante la República de Weimar.Marcó el cargo con su talante suprapartidista y trató de recuperar la confianza del extranjero en la nueva Alemania Occidental liberal-democrática.Rechazó obtener un tercer mandato, para el cual hubiera sido necesario un cambio constitucional, para evitar la creación de una «lex Heuss» y la personalización del cargo.En 1959, el canciller Konrad Adenauer primero anunció su deseo de suceder a Heuss, aunque luego se retractó y permaneció en su cargo.Aunque varios diputados se querellaron contra esta decisión, finalmente el Tribunal Constitucional refrendó el procedimiento de Carstens.Además, Weizsäcker criticó duramente la gran influencia de los partidos en la política alemana, algo que puede ser explicado también por sus diferencias personales con el canciller Kohl.Horst Köhler, en el cargo desde 2004 hasta 2010, fue el primer presidente federal que nunca antes había tenido un cargo importante de política interior, ya que, antes de ser nombrado, había sido jefe del Fondo Monetario Internacional.Sus comentarios sobre la política diaria tendían a posiciones proindustriales, como al llamar "insuficientes" las reformas socioeconómicas del canciller Gerhard Schröder, y patrióticas: la frase "yo quiero a nuestro país", pronunciada en su discurso de entrada en funciones, fue considerada por muchos como el rompimiento de un tabú.