Pluralismo cósmico

En la antigua Grecia, el debate fue en gran medida filosófico y no se ajustaba a las nociones actuales de la cosmogonía.El pluralismo cósmico fue un razonamiento sobre la concepción del infinito y de la presunta cantidad de mundos habitables similares en universos paralelos (contemporáneos en el espacio o repetidos infinitamente en el tiempo) que en sistemas solares diferentes.Anaxardo, que también creía en la existencia de infinitos mundos, se lo explicó a Alejandro Magno y lo hizo llorar, pues este ni siquiera había podido conquistar uno[3]​.Esta teoría fue respaldada por el cristianismo[6]​ lo que llevó al pluralismo a desaparecer durante un milenio.Para respaldar su argumento teológico, cita un versículo de los primeros capítulos del Corán, «Que toda alabanza sea para Dios, señor de todos los mundos», enfatizando el término «mundos» en el sura Al-Fátiha.El verso del Corán 16:8 dice «Ha creado otras cosas de las que no tenéis conocimientos»[7]​.Pensadores como Johannes Kepler estaban dispuestos a admitir la posibilidad del pluralismo, incluso sin creer en ello.Su primer libro, La pluralidad de los mundos habitados (1862) tuvo una gran acogida, con 33 ediciones en los primeros veinte años.Este versículo usa la palabra «da’bbah», que designa a criaturas vivas en la superficie de un planeta.
Una de las primeras imágenes de Giordiano Bruno, simpatizante del pluralismo cósmico, publicada en Alemania el 1715, basada en un retrato perdido. [ 1 ]