[2] En poco tiempo se instaló allí un puerto que sustituyó al Port Saint Landry situado en la Île de la Cité.
Desde esta época, se hicieron en esta plaza diferentes fiestas y ceremonias, como la del fuego de san Juan o quemas de libros como la ordenada por Luis IX sobre ejemplares del Talmud en 1242;[3] y también era aquí donde se hacían habitualmente las ejecuciones.
La primera fue en el año 1310, cuando una mujer acusada de herejía, llamada Marguerite Porrette, fue quemada viva.
Robert-François Damiens, quien había intentado asesinar a Luis XV, fue ejecutado en esta plaza.
La Revolución francesa continuó con esta tradición: la primera ejecución por guillotina tuvo lugar en la Place de Grève en 1792.
La multitud, acostumbrada desde la Edad Media a las ejecuciones más "refinadas", se mostró decepcionada por la rapidez del proceso.
Entre los últimos ejecutados estuvieron el diputado de la Convención Jean-Baptiste Carrier y el fiscal Fouquier-Tinville.
La plaza se prolongó entonces hacia el norte hasta la Rue de Rivoli, abierta en la misma época.