Gabriel I de Montgomery

Le pusieron precio a su cabeza y los cazadores de recompensas le persiguieron hasta Inglaterra, donde Catalina de Médicis reclamó varias veces su extradición.

La reina Isabel I de Inglaterra contestó: "decidle a la reina-madre que no seré el verdugo de Francia".

Informado en el cadalso de que un edicto real le confiscaba sus bienes y privaba a sus hijos de sus títulos, les dijo a los verdugos: "Decidles a mis hijos que si no son capaces de recuperar lo que me han quitado, les maldigo desde mi tumba".

Este accidente le provocó al rey una quemadura en la cara (usó un tizón encendido a modo de bola de nieve) y una hemorragia importante, afortunadamente sin consecuencias fatales.

Existe una pintura de la época que representa a Gabriel de Montgomery y que lleva por título Mr.