Su hijo, Felipe II, admiraba profundamente a El Bosco, tanto que ordenó comprar cuantas pinturas suyas se pudiese, motivo de que hoy el Prado posea la mejor colección a nivel mundial de sus obras.
[1][2] Entre los pintores de este siglo figuran Joachim Patinir, Michiel Coxcie, Bernard van Orley, Jan Cornelisz Vermeyen, Jan Gossaert (Mabuse), Ambrosius Benson, Jan van Scorel, Anthonis Mor van Dashorst (Antonio Moro), Pieter Brueghel el Viejo (El triunfo de la Muerte y El vino de la fiesta de san Martín), Quentin Massys, Pieter Coecke van Aelst, Pieter Aertsen, Joos van Cleve, Joachim Beuckelaer, Adriaen Thomasz.
Felipe IV le encargó decenas de cuadros para decorar sus palacios y además fue el principal comprador en la almoneda realizada a su muerte con las obras que poseía en su estudio.
Gran cantidad de estas pinturas destacan por su sensualidad, como Las tres Gracias.
Los años de adquisición anteriores a 1819 hacen referencia al ingreso en la Colección Real.