Escultura del Museo del Prado

Además, la reina ordenó su compatriota, el abad Eutichio Ajello e Liscari, realizar dibujos al natural de la colección escultórica, lo que quedó consagrado en el Cuaderno de Ajello, propiedad del Museo desde 1835.

En 1801 el coleccionista José Nicolás de Azara donó las cincuenta y dos esculturas que restaban en su poder al rey Carlos IV.

Dieciséis bustos fueron instalados en 1824 en la «deciséptima pieza, titulada galería» de la Real Casa del Labrador de Aranjuez, mientras que las treinta y seis piezas que sobraron se enviaron ese mismo año al Museo Real.

Aunque se realizaron posteriormente varios intentos para conseguir el traslado de dichos bustos al Museo, fueron todos infructuosos.

Entre las italianas están El pintor Mariano Fortuny y Marsal, busto realizado en bronce por la fonderie Barbedienne de París a partir de una terracota de Vincenzo Gemito,[15]​ y dos esculturas antes atribuidas a Antonio Canova, Venus y Marte, ahora adjudicada a su círculo, y Hebe, que actualmente se considera realizada por su más brillante discípulo, Adamo Tadolini, copiando un original del maestro.

[17]​ De Fortuny hay asimismo otro busto, en barro cocido, modelado por su amigo el francés Prosper d'Épinay.

Vista de la sala 72, dedicada a la escultura greco - romana .
Cabeza de un caballo , mármol original griego del periodo arcaico , c. 515 a. C. (donación de Marius de Zayas ).
La Caridad romana , por Antonio Solá , 1851.