La obra se encuentra actualmente en el Museo del Prado, más concretamente en la sala 72, donde numerosas obras de gran belleza aguardan con impaciencia la llegada de los turistas.
La obra fue donada por Marius de Zayas, un mecenas mexicano, el Prado aceptó la obra con gran interés, ya que las estatuas griegas nunca llegaron de forma directa a la península Ibérica, por lo que este busto era todo un tesoro.
La función que tenían estas estatuas en la Acrópolis era la de difundir la historia de Atenea, esto se debe a los famosos caballeros griegos.
El cuello es delgado, mientras que de perfil nos deja una imagen que muestra el potencial de la estatua, pero al fin y al cabo las apariencias engañan siempre.
Además, también hay un orifico con forma de medialuna que iría clavado a las crines para espantar a los pájaros, esto se hacía pasando por el agujero una púa de metal, meniskos, siguiendo algunos escritos de Schröder.