Todos ingresaron mediante donaciones, legados, una herencia, y, sobre todo, compras, realizadas especialmente en las décadas centrales del siglo XX, período en el que estaban al frente del museo Fernando Álvarez de Sotomayor como director —él mismo pintor, y fuertemente influido en su obra por la escuela británica— y Francisco Javier Sánchez Cantón como subdirector.
Faltan en ella Joseph Wright of Derby, el destacado renovador William Hogarth y el visionario William Blake, así como los grandes nombres del paisajismo inglés (Turner, Constable), pero sí hay en cambio algunos ejemplos de la obra de los principales artistas dedicados al retrato, un género que en el XVIII alcanzó esplendor en las islas gracias a la huella dejada por pintores llegados del continente, en el siglo XVI (el alemán Hans Holbein el Joven, el flamenco John de Critz), y especialmente en el XVII, como Peter Lely, nacido en Alemania, de origen neerlandés y cuyo verdadero nombre era Pieter van der Faes; el alemán Gottfried Kniller, conocido en Gran Bretaña como Godfrey Kneller, el neerlandés Daniël Mijtens (Daniel Mytens), el húngaro Johannes Priwitzer, el flamenco Simon Dubois, y sobre todo el también flamenco Anton van Dyck.
MacLean of Kinlochaline), Martin Archer Shee (Anthony Morris Storer y Anthony Gilbert Storer), John Watson Gordon (Un caballero inglés), John Opie (Retrato de caballero), John Hoppner (Retrato de dama desconocida y Retrato de Mrs.
Roberts fue además un pintor que ejerció una fuerte influencia en el romanticismo español, especialmente en Jenaro Pérez Villaamil.
Finalmente, del prerrafaelismo, ya en la época victoriana, el Museo tiene un espectacular lienzo, Escena pompeyana o La siesta, del neerlandés afincado en el Reino Unido Lawrence Alma-Tadema, que ingresó en 1887 por donación de Ernesto Gambart (aunque luego se traspasó al Museo de Arte Moderno, del que regresó al Prado cuando en 1971 fue disuelto dicho museo).