Su interés por el dibujo inició a temprana edad, pero asimismo tenía inclinaciones académicas.
Antes de que transcurriera mucho tiempo, ya había obtenido el reconocimiento local por sus retratos; y en 1780 viajó a Londres, bajo el mecenazgo del doctor John Wolcot (conocido como el poeta Peter Pindar).
Opie fue presentado ante la sociedad como "La maravilla de Cornualles" (en inglés “The Cornish Wonder”), para definirlo como un genio autodidacta.
Por esta razón, decidió mejorar sus técnicas y empezó a trabajar con James Northcote quien expresó, “Algunos artistas pintan para vivir; Opie vive para pintar.” Al mismo tiempo, Opie decidió mejorar su temprana educación con estudios de latín, francés, y Literatura inglesa.
Además, resolvió pulir sus modales provinciales, mezclándose en círculos de individuos cultos y académicos.