Francesco Cavalli

Fue, junto a Monteverdi, el compositor de ópera más importante del siglo XVII.

Cavalli recibió las primeras lecciones musicales de su padre, Giovanni Battista Caletti.

En esta época comenzó a utilizar el nombre de su primer mecenas: Cavalli.

Ziotti, en 1655, comentó que "verdaderamente en Italia no tiene igual" como cantante, organista y compositor.

Cavalli, junto a Balbi, contribuyó también a la instalación de una ópera estable en Nápoles, donde en 1650 y 1651 se representaron Didone, Giasone y Egisto así como una versión de L'incoronazione di Poppea.

Desde 1647 hasta su muerte Cavalli alquiló una casa en el Gran Canal de Sebastian Michiel por 108 ducados al año.

Buti propuso a Cesti como sustituto, pero Mazarino utilizó con éxito al embajador francés en Venecia para garantizar la aceptación de Cavalli.

En julio llegaron a París pero se encontraron con que el teatro todavía no estaba terminado.

Cavalli pasó casi dos años en París y probablemente compuso la ópera Ercole amante durante sus primeros 12 meses en Francia.

Después de su estancia en Francia su vida se centró más en San Marcos que en los teatros.

Cavalli no tenía herederos directos y dejó el resto de su patrimonio a las monjas de San Lorenzo, con las que él y su esposa habían tenido durante mucho tiempo una estrecha relación.