[5][6] La pretensión de la La coronación es la primera ópera ambientada en la Historia y no en una época mítica está comprometida por las apariciones de los dioses romanos, quienes inician la acción e intervienen o comentan en momentos posteriores; pero la historia se basa en personas reales, y se refiere a acontecimientos verdaderos.
Cuando la primera ópera pública del mundo abrió en Venecia en 1637 en San Cassiano, Monteverdi, por entonces a sus setenta años, decidió regresar a la ópera a gran escala para la temporada de carnaval de 1639 con nuevas óperas comerciales como fueron Il ritorno y L'Arianna, para el teatro San Moisè.
Ésta es la última ópera de Monteverdi, en la que demuestra su madurez como compositor.
El hecho de que se repusiera es señalado por Carter como "notable, en una época en que la memoria era corta y obras musicales a gran escala a menudo tenían una circulación limitada más allá de sus circunstancias inmediatas.
[12] Después de dos siglos en los que Monteverdi había sido en gran medida olvidado como compositor de ópera, el interés por sus obras teatrales revivió a finales del siglo XIX.
La seductora, inescrupulosa y ambiciosa Popea, protegida por la divinidad Amor, quiere ser coronada emperatriz de Roma y para ello debe casarse con el emperador Nerón, de quien está enamorada.
Viendo la casa guardada por los soldados del emperador Nerón se da cuenta de que ha sido sustituido, y su canción de amor se transforma en un lamento: Ahi, ahi, perfida Poppea!
La escena cambia al palacio, donde Octavia lamenta su suerte (Regina disprezzata, del monarca romana afflita moglie!
Popea se une a Nerón, y le dice que Séneca pretende el poder detrás del trono imperial.
En su jardín, el dios Mercurio descubre a Séneca que pronto morirá.
Llega la orden de Nerón, y Séneca instruye a sus amigos para que le preparen el baño del suicidio.
Sus seguidores intentan convencerlo de que permanezca vivo, pero él rechaza sus ruegos (In un tepido rivo questo sangue innocente ch'io vo', vo' che vada a imporporarmi del morir la strada - "La cálida corriente de mi sangre inocente marcará con púrpura real mi camino a la muerte").
Se ve interrumpido por una llamada de Octavia, quien para angustia suya le ordena matar a Popea.
Otón se muestra conforme, clamando privadamente a los dioses para que dispensen su vida.
Otón, ahora disfrazado como Drusila, entra en el jardín y alza su espada para matar a Popea.
Sin embargo Amor interviene e impide el crimen quitándole la espada de la mano; huye corriendo.
Esto le deja el camino libre para casarse con Popea, que está encantada (Non più s'interporrà noia o dimora - "Ningún retraso, ningún obstáculo puede interponerse entre nosotros ahora").
La obra se cierra con un dúo de Nerón y Popea en el que se consagra el triunfo del amor (Pur ti miro, pur ti godo - "Te miro, te poseo").