Es especialmente conocido por las numerosas posibilidades que ofrece para la práctica del deporte a escasos metros del casco urbano (picadero, pesca, etc.).
Debe su nombre al terreno sobre el que se asienta, ubicado en la ladera de una montaña, en un frondoso bosque que hace difícil su visión hasta que no se está próximo al pueblo.
Durante la Edad Media Pedrazales quedó integrado en el Reino de León, cuyos monarcas habrían acometido la repoblación de la localidad dentro del proceso repoblador llevado a cabo en Sanabria.
Tras la independencia de Portugal del reino leonés en 1143 Pedrazales habría sufrido por su situación geográfica los conflictos entre los reinos leonés y portugués por el control de la frontera, quedando estabilizada la situación a inicios del siglo XIII.
De entre sus inmuebles destaca la iglesia parroquial, dedicada a Santa Eulalia, consta de una sola nave central trabajada en granito y piedra.