El Período Cálido Romano, u Óptimo Climático Romano, es la denominación que recibe el periodo comprendido aproximadamente entre el 250 a. C. hasta el 400 d. C. en Europa y el Atlántico Norte favorecidos por un régimen climático cálido, húmedo y estable.
[1] La frase "Período cálido romano" aparece por primera vez en una tesis doctoral de 1995[2] y fue popularizada gracias a un artículo publicado en Nature en 1999.
[4] Según Ptolomeo, en la Alejandría romana llovía todos los meses del año menos en agosto.
Las observaciones de Ptolomeo implican circunstancias atmosféricas e hidrológicas diferentes y más húmedas en el sureste del Mediterráneo.
[13] También en la península itálica los indicadores físicos apuntan claramente a una fase húmeda como lo prueba el patrón de inundaciones de las crecidas del Tíber que muestran una tendencia a producirse entre la primavera y el verano cuando desde época medieval hasta la actualidad lo habitual son las inundaciones invernales.