Fundó el Archivo de la Catedral de Oviedo y mandó recopilar y escribir las donaciones o testamentos en un libro de ciento trece páginas al que se le llamó Libro gótico por estar escrito con caracteres isidorianos.
[1] Recuperó brevemente su sede entre 1142 y 1143 en circunstancias históricas no aclaradas.
En su pontificado la iglesia dio un gran donativo a la reina Urraca para luchar contra los musulmanes.
[7] Pelayo también dispuso que todos los documentos judiciales relativos a su diócesis se recopilaran y copiaran en el Liber testamentorum.
Aunque contiene documentos falsificados, inventados e interpolados con el fin de favorecer las reclamaciones de la sede ovetense, sigue siendo una importante compilación para la investigación histórica.