Tradicionalmente se ha considerado la existencia dos versiones de esta crónica: la Rotense, que se encuentra en el Códice de Roda, y la Sebastianense, también llamada Ovetense, ad Sebastianum o Erudita.
[2] Sin embargo, otros autores, recientemente, plantean la posibilidad de que ambas versiones se correspondan realmente con dos crónicas diferentes basadas en la Crónica de Ordoño I.
[5] Dos años después Francisco de Berganza publicó su propia versión criticando la de Ferreras,[6] pero la de más esmerada elaboración fue la que Enrique Flórez incluyó en 1756 en su España sagrada,[7] que posteriormente sería reproducida por Jacques Paul Migne, Ramón Cobo y Sampedro[8] y Ambrosio Huici Miranda,[9] estos dos últimos con traducción al castellano.
En 1918 Zacarías García Villada sacó a la luz un estudio sobre la crónica que incluía las versiones Rotense y Sebastianense.
[cita requerida] Una vez redactada la anterior «versión», el rey Alfonso III se la envió a su sobrino Sebastián, obispo de Salamanca u Ourense,[11][12] quien mejoró el estilo retocando su tosco latín, censuró varios fragmentos e introdujo ciertas correcciones ideológicas como las del noble origen de Pelayo, la exculpación del clero o la exaltación de la intervención goda en el origen del reino de Asturias.