Pedro Pacheco de Villena

Siendo capellán real de Carlos I en 1518, por orden del rey visitó las cancillerías de Valladolid y Granada, a partir de aquí su carrera fue ascendente, marchando a Roma como camarero privado del Papa Adriano VI; fue creado cardenal por el papa Paulo III, el 16 de diciembre de 1545.

En 1551-52 participó en el Concilio de Trento, siendo célebres sus intervenciones a favor de la doctrina de la Inmaculada y protestó por el traslado de este a Bolonia.

Al año siguiente, cuando Carlos I cedió el reino de Nápoles a su hijo Felipe II con motivo de la boda de este con María Tudor, Pacheco fue confirmado en el cargo.

En mayo de 1555 viajó a Roma en misión diplomática ante el recién nombrado pontífice, el napolitano Paulo IV; la postura de éste, manifiestamente contraria a la posesión española sobre Nápoles, llevó a Felipe II a disponer que Pacheco quedase en Roma a fin de moderar la beligerancia contra España del nuevo papa.

Pacheco fue relevado del virreinato, quedando el gobierno de Nápoles provisionalmente en manos de Bernardino de Mendoza.