Bernardino de Mendoza

La fuerza de los Mendoza atacó el baluarte defensivo sin piedad, utilizando incluso fuego de alquitrán, apresando en su huida al desgraciado alcaide, torturándolo y ajusticiándolo después, lo cual fue algo reprobado por la nobleza, debido a su crueldad.

Los embarcó para Sicilia prometiendo que se les iban a pagar los atrasos.

Al no cumplirse la promesa, estos soldados provocaron desórdenes en Sicilia.

Sus hazañas contra los turcos fueron celebradas por el poeta neolatino Juan de Vilches en el poema épico culto en tres libros Bernardina de Illustris Domini ac Strenuissimi Ducis Domini Bernardini e Mendoza nauali certamine aduersus Turcas apud insulam Arbolanum uictoria..., en Sevilla en 1544.

Después de la toma de la plaza, en 1557, se le encargó reparar las fortificaciones, pero no llegó a hacerlo por fallecer, según Sandoval, del trabajo que pasó en las trincheras.