Fue un estudiante aventajado, se hizo clérigo y, aunque quiso marchar a América, tuvo que desistir de ese propósito y buscar el mecenazgo del vicario de Málaga Bernardino Contreras.
Pero aunque su vida transcurrió en Antequera, mantuvo contacto con influyentes personajes del lugar: el provisor Bernardino Contreras, el canónigo Francisco Girón, el cardenal Tavera, el obispo de Málaga Bernardo Manrique, a quien dedica una égloga; el cronista y diplomático Luis de Ávila, la afamada familia malagueña de los Torres y personalidades de Granada como Juan Clemente o Pedro Mota, y fue amigo también del humanista y poeta neolatino Jaime Salvador Solano, quien le dedicó algunas de sus obras.
Entre sus discípulos cabe mencionar al poeta Luis Barahona de Soto.
conde de Tendilla, Bernardinam, quam de victoria memoranda / llustris Domini animosissimi Ducis D. Bernardini Mendozii aduersus Turchas nauali certamine apud insulam Arbolanum Illustrissimo principi ac Magnificentissimo domino D. Ludouico Mendozio Marchioni Mendeiaris et cete.
En el mismo libro incluyó, también en hexámetros, una Aegloga ad reuerendissimum eundemque illustrissimum D. D. F. Bernardum Manrricum Episcopum Malacitanum etc. Cum primum urbem Antiquariam ingressus est y una serie de Encomia, quae tum principibus, tum amicis nuncupauimus, entre otros poemas que denotan un avezado uso de las formas horacianas y también de la himnología latina cristiana.