La experiencia de su familia le permitió formarse en asuntos étnicos y experimentar las desgarradoras experiencias que viven las minorías étnicas en Colombia.
Antes de finalizar su carrera universitaria ya realizaba consejerías jurídicas a distintas comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas a tramitar demandas, tutelas, entre otros procesos.
La experiencia con las comunidades apartadas le permitió conocer de antemano las principales problemáticas y crisis humanitarias como consecuencia de la disputa armada en los territorios dispersos del país.
Desde entonces, la jurista Emberá ha actuado en clave de solidaridad y en contra de los estereotipos culturales que niegan derechos a las personas étnicas.
Tuvo a su cargo la redacción del capítulo del Informe Final de la Comisión, Hay futuro, si hay verdad, que recoge los hallazgos, conclusiones e impactos de la guerra sobre las poblaciones étnicas (incluyendo a los afrocolombianos y a la población Rom).