Durante esta etapa, se intentó consolidar el proceso de independencia y establecer un proyecto político para organizar el Estado.Rápidamente, organizó un ejército para enfrentar a las fuerzas realistas que se encontraban atrincheradas en el puerto de Talcahuano y enfrentar las montoneras (patriotas desertores, indígenas y bandidos), que actuaban en las riberas del Biobío.También desterró a los sacerdotes que seguían predicando fidelidad hacia la Corona española.[2] Los independentistas esperaban en Talca a los realistas, pero estos últimos tomaron otra ruta y sorprendieron al bando de San Martín y O'Higgins, ganando la batalla conocida como sorpresa porque la tropa independentista no alcanzó a reaccionar.En esas circunstancias, en el cabildo del 23 de marzo, Manuel Rodríguez lanzó un «¡Aún tenemos patria, ciudadanos!» y se proclamó director supremo.Allí, el 5 de abril, las dos fuerzas empezaron a batallar antes del mediodía.Dos horas más tarde, las tropas realistas estaban en retirada, perseguidas por los patriotas.