Por este motivo, en 1875 se creó la efímera Jefatura Política del Chaco con asiento en el Paraje San Fernando.
En el lapso que duró la inadecuada presencia oficial, los malones indígenas y los abusos patronales fueron los principales problemas que se debieron dirimir; para contener a los primeros, varios establecimientos improvisaron una defensa de la localidad entre capataces y obrajeros.
Dicho lugar se halla 1 kilómetro al sur del río Negro, aproximadamente en 27°26′4″S 59°0′27.1″O / -27.43444, -59.007528.
El coronel José María Ávalos, uno de los más reconocidos habitantes del paraje, ocupó con su quinta la antigua reducción.
Los numerosos indígenas asentados en la margen oriental de los ríos Paraná y Paraguay vedaban el ingreso a estas tierras que la Corona Española reivindicaba como parte del Virreinato del Río de la Plata.
El nombre San Fernando que tenía la reducción quedó asimilado al paraje, el cual siguió recibiendo esa denominación hasta la creación de la Colonia Resistencia.
Se cree que este tratado pudo haber facilitado la radicación de obrajes en la costa chaqueña.
[1] En 1857 sucedió una creciente extraordinaria del río Paraná, que permitió a embarcaciones correntinas alcanzar el paraje para cargar maderas, no solamente en San Fernando sino también en el paraje conocido como Tres Horquetas, sobre el río Tragadero.
[3] Este crecimiento debió haber sido muy rápido, ya que en 1870 un contingente al mando de Napoleón Uriburu que venía desde Salta hizo base en San Fernando y calculó un total de 1.500 aborígenes trabajando en los obrajes frente a Corrientes.
[4] El Gran Chaco fue hasta los años 1870 un territorio prácticamente desconocido, sólo transitado ocasionalmente por expediciones militares punitivas con los malones indígenas.
[10] El gobernador Julio de Vedia respondió la solicitud pidiendo que el encargado del puerto continuara velando por el orden y la convivencia.