San Fernando del Río Negro
Su recuerdo perduró en la zona, como se puede notar en la denominación de San Fernando que tomó el paraje donde se asentaba la antigua reducción; esta denominación prevaleció hasta 1878, cuando llegaron los primeros colonos a la recién creada Colonia Resistencia.Entre los sacerdotes se destacó José Klein, referido en varios libros como el sostén espiritual de la reducción, quien constituyó el primer obraje maderero de la zona, con cuyos productos se construyeron carretas y hasta una embarcación que sirvieron para el comercio.Si bien algunos pobladores y visitantes descubrieron rasgos muy nobles entre estas tribus (como el amor a la tierra o la lealtad), los indígenas nunca gozaron de buena reputación en las ciudades coloniales.El padre José Klein en una misiva escrita en 1763 se quejaba del destrato y actitud negativa de los correntinos con los sacerdotes jesuitas, sobre todo considerando el incipiente desarrollo que permitió la pacificación en la orilla contraria del río Paraná.Durante un breve lapso la reducción quedó bajo el mando del sacerdote franciscano Bernabé Amarillas, quien no soportó los rigores del clima, y además desconocía el idioma de los aborígenes, siendo sucedido entre 1767 y 1773 por cinco misioneros de la mencionada orden.En Las Garzas estaba instalada una estancia que abastecía a la reducción, y ya se habían refugiado en ella algunos de los dispersos pobladores.Fue así como el asentamiento de San Fernando del Río Negro quedó definitivamente abandonado.Otra consecuencia muy positiva fue el estudio de varias naciones originarias, labor que se retomaría con profundidad recién a comienzos del siglo XX.