Llegó a España como uno de los italianos que arribaron con Carlos III.
Con ese grado participó en la Toma de Menorca (1782).
Después fue nombrado embajador en Venecia, donde permaneció hasta 1802.
José Bonaparte confiscó sus bienes y logró capturarle en 1809, encerrándole en los castillos italianos de Fenestrelle primero y Portici después.
A la derrota de Napoleón fue liberado y regresó a Madrid para recuperar sus cargos y morir allí algunos meses después.