Nuevo Teatro Circo

[1]​[2]​ El teatro, propiedad del tesorero de la Armada Casiano Ros, mantuvo su estructura circense de madera y cubierta de lona hasta la reforma del vallisoletano Tomás Rico Valarino en 1889, en la que el hierro pasó a ser el material predominante;[3]​ pese a ello se conservó el nombre original del edificio.

En 1935 se acometió una nueva intervención que incorporó adelantos técnicos como bombillas incandescentes en el techo para simular un cielo estrellado.

[3]​[6]​ Por último, un hecho anecdótico ocurrido en el teatro acabó dando forma a una famosa expresión.

Antes de que los espectadores pudieran reaccionar, el tenor gritó a pleno pulmón "¡Viva Cartagena!

[1]​ La frase, que había sido hasta el momento utilizada por los republicanos federales en reconocimiento al Cantón de Cartagena, adquirió un sentido diferente, el de definir a quien busca el recurso fácil para resolver una situación adversa.

Mitin de la Unión Patriótica en el teatro, 1928.