A partir de entonces, el debate sobre el período ganó cada vez más espacio en los medios y corrientes políticas.
[7] El negacionismo de la dictadura se encuentra a menudo en los círculos ultraconservadores y en la derecha radical brasileña.
[14] En una entrevista afirmó: "Tengo la pulga detrás de la oreja, por qué no tienes un vídeo, otro testigo o prueba documental".
Hay documentos –algunos firmados por las principales autoridades de la época–, vídeos, audios y otros registros.
[30] El negacionismo ignora todas estas evidencias, incluso las más sólidas, como documentos nacionales e internacionales en un gran esfuerzo de desinformación.
[31] El mito de que “la corrupción no existía en el Régimen militar” persiste en los círculos negacionistas.
Varios de los ministros y subordinados del gobierno tenían diversos beneficios, incluido el acceso a obras oficialmente censuradas en Brasil.
Cuando asumió el poder, Costa e Silva prometió diálogo con la oposición, pero su gobierno estuvo marcado por la represión, la brutalidad y la violencia contra sus oponentes políticos.
Al final del régimen militar, la deuda externa brasileña superó los 100 mil millones de dólares y la inflación alcanzó el 250% anual, un récord histórico.