Museo Nacional de Etnografía y Folklore

El palacio pertenece al patrimonio cultural boliviano y fue nombrado monumento nacional en 1930.[4]​Durante la reunión se organizan seminarios, charlas, mesas redondas y otras actividades relacionadas con la antropología y otras ciencias sociales, considerada también como un escenario, a nivel nacional, donde se realizan debates y discusiones abiertas a todo público dedicado al estudio de las culturas bolivianas.La RAE es un espacio respaldado institucionalmente donde nuevos investigadores interactúan con intelectuales de vasta trayectoria.Es así que la casona pasa a ser conocida como el Palacio de la Marquesa, pues sirvió como residencia principal a Rosa Agustina hasta su muerte en 1760, la propiedad y el título pasaron a su hija María Bartolina Fernández Pacheco y Díaz de Ceballos que siguió vivienda en esta casona.Se conoce que la marquesa quedó en una situación precaria luego del levantamiento indígena y para 1792 solamente tenía 5 esclavos que atendieran su palacio por lo que decidió trasladarse a una casona más modesta detrás de la casa de gobierno y puso en alquiler esta casona.Una mujer de fuerte carácter que se hizo muy conocida en la ciudad cuando llegó a enfrentarse al presidente José Ballivián.[7]​ Fue entonces cuando el crecimiento y la consolidación del museo llevó a analizar la ampliación de sus instalaciones.Una primera opción era la compra de una casa contigua en la calle Genaro Sanjinés, que anteriormente albergaba al cine Princesa y que debido a la semejanza arquitectónica entre esta y el Musef se llevó a creer que formó parte del palacio de los Marqueses durante la colonia.La segunda opción era anexar el inmueble contiguo al museo, la Casa Guidi.La nueva ampliación de arquitectura contemporánea fue diseñada por el arquitecto boliviano Carlos Villagómez.
Segundo Patio.