Sebastián de Segurola

[1]​ Su nieto fue el mariscal José Ballivián Segurola quien llegó a ser Presidente de Bolivia desde 1841 hasta 1847.

En dicho cuerpo sirvió como cadete, alférez y segundo Ayudante Mayor hasta 1776, en que fue nombrado corregidor de Larecaja.

[4]​ Tomó posesión de su corregimiento, residiendo en Sorata, su capital, hasta 1780 cuando la sublevación de Túpac Amaru II en todo el Bajo y Alto Perú, pusieron en peligro la dominación española.

Cuando comenzó la rebelión incaica, fue llamado a La Paz, donde dispuso su defensa y organizó su abastecimiento.

Montenegro describió el contexto:"Sobre los últimos lustros del siglo XVIII, la inconformidad del sufrido pueblo indígena dio origen a uno de las mas crueles sublevaciones contra el gobierno español del Alto Perú, lo que llevó a que Nuestra Señora de la Paz se viera sitiada por las huestes de Julián Apaza, quien se hacía llamar Tupac Catari.

Dos dramáticos años en los que los paceños padecieron un cerco que diezmó su población, hambreó a su gente hasta el límite de sus energías y los sumió en el caos y en la incertidumbre.

""Sofocada la sangrienta revuelta no tuvo Seguróla sosiego pues debió enfrentar el estado de insurrección que afectaba a Oruro, Larecaja, Sorata, etc. «Apagó (también) la rebelión en la región de Collana y Río Abajo (y) contribuyó eficazmente a la pacificación definitiva de Charcas».

Los reos deberían ser conducidos inmediatamente a Potosí, desde donde se les despacharía con el mismo resguardo y precaución a Buenos Aires, la capital del Virreinato del Río de la Plata.

El Coronel Segurola llegará a Oruro en enero de 1784, pasando inmediatamente a tomar una declaración secreta al repuesto Corregidor Ramón de Urrutia y Las Casas.

Para detener a Diego Flores pasaron al pueblo de Sora-Sora donde residía.

Los restantes vivían en la villa: Manuel de Herrera, Nicolás Iriarte, Miguel Portilla y José Azurduy Lazarte.

Continuando su comisión, Segurola mandó agregar a la sumaria las representaciones y declaraciones del Corregidor Urrutia y los expedientes que éste había formado sobre el nuevo levantamiento intentado por la plebe de Oruro después que había vuelto a la villa, e hizo interrogar a los testigos en febrero de 1784.

Por auto del 7 de mayo de 1784, aprobó la prisión y embargo de bienes ya ejecutados en Quirós y Delgado, y la del abogado Juan Gualberto Mexía, no habiéndose verificado las de Leandro Coronel, Fray Bernardino Gallegos, Dámaso Arellano, Ambrosio Medrano y Nicolás Herrera, mandó librar pedido de captura a los intendentes de las provincias inmediatas para que los remitiesen con buena custodia al virrey; encargando también al Gobernador Intendente de Potosí la prisión del cura Patricio Gabriel Menéndez y la del Regidor Manuel Serrano, este último ausente, previniéndole que lo hiciese conducir a Buenos Aires con la nueva camada de reos que esa noche debía salir con ese destino; igualmente mandó remitir a Cochabamba con custodia y a disposición del gobernador intendente de aquella provincia al presbítero Mariano Bernal hasta la resolución virreinal por no encontrar mérito suficiente para enviarlo a Buenos Aires; y en consideración a que se hallaba concluida la sumaria, mandó remitirla al virrey con copias de los embargos, inventarios y depósitos de los bienes de los reos que por su orden habían ejecutado los alcaldes ordinarios.

Vistos los autos por el virrey, mandó éste en junio de 1784 prevenir a Segurola que continuase sus diligencias para que tuviesen efecto la prisión y embargo de bienes y papeles contra varias personas; e igualmente lo hiciese con los catorce sujetos comprendidos en la nómina que acompañó; y también con Pedro Salamanca, los mercedarios Fray José Bustillos, Fray Santiago Calatayud, Fray Fernando Rodríguez Carreño, Fray Marcos Rivero de la orden de San Juan de Dios, y con todas las personas que teniendo en tiempos de la sublevación de Oruro algún cargo o empleo público secular o eclesiástico, se acreditara que en lugar de conducirse con celo y diligencia para serenar a los delincuentes, contemporizaron y auxiliaron sus detestables proezas, encargándole que rápidamente los remitiese a Buenos Aires con seguridad y precaución, junto con todos sus papeles.

Hizo otros varios importantísimos Servicios de que puede informar el mencionado Virrey tente.

Intendente en cuya atención Suplica a V. M. se digne trasladarlo al Gobierno Intendencia del Potosí en el Perú, que se encuentra vacante (o conferirle el Gobierno de Montevideo) cuya gracia espera alcanzar de la Real Piedad de V. M. Como primo, y Apoderado, Juan Bapta.

Nombró albaceas a su propio suegro y a su hermano Francisco de Segurola y Oliden, residente en Buenos Aires, quien no alcanzó a cumplir esa responsabilidad pues falleció el 28 de septiembre de 1790.

Genealogía de Sebastián de Segurola
Carátula de expediente de Sebastián de Segurola y Oliden para cruzarse en la Orden de Calatrava.
Josefa Úrsula de Roxas y Foronda, esposa de Sebastián de Segurola. Si bien el matrimonio fue extremadamente breve (menos de dos años), dejó dos hijas.
Escudo y Blasón de las armas de la Casa Solar de Segurola sita en la Universidad de Aya , provincia de Guipúzcoa .