Marquesa de Haro

Aunque estuvo casado dos veces, la primera con Isabel Fulgencia Irujo y Ureta y la segunda con Micaela Matea Díaz de Ceballos, no llegó a tener hijos ni legítimos ni naturales por lo que legó el título de marqués a su segunda esposa.

[3]​ Llegó a casarse dos veces más, con Nicolás Quesada Villanueva y con Pedro Leyva Castro.

[4]​ Su viudo se trasladó a los valles de Cochabamba donde murió años más tarde.

[5]​ La marquesa y su esposo mantenían una especial relación con las iglesias del Carmen y de La Merced, en ambos templos tenían sillones dorados con cojines reservados para ellos en el presbiterio, este privilegio fue eliminado en 1776 por el provisor Felipe Loayza de la Vega.

Una vez derrotada la rebelión indígena, la marquesa se dedicó a reconstruir sus haciendas, todas sus tierras habían sido arrasadas por los sublevados, sus casas quemadas y sus animales robados.

En 1801 María Bartolina muere en la ciudad de La Paz dejando todo cuanto poseía a su única hija.

María del Carmen Bárbara Bilbao la Vieja y Fernández Pacheco, nacida en La Paz.

[6]​ Para 1809 con la Revolución de La Paz, la marquesa prefirió no tomar partido alguno aunque su sobrino Dámaso Bilbao la Vieja era un férreo revolucionario.

Permaneció en La Paz aún con la llegada del Ejército Auxiliar del Alto Perú y su posterior expulsión por las tropas realistas de José Manuel de Goyeneche, para 1811 la marquesa tuvo que hacer frente a la complicada situación del Asedio de La Paz donde acompañó a otras mujeres hidalgas repartiendo comida y medicinas a las trincheras que defendían la ciudad.