[1] Cuando estalló la Rebelión de Túpac Amaru II en 1780, Obaya apareció apoyando este movimiento en Azángaro donde se hizo conocido y recibió la confianza del líder indígena Diego Cristóbal Túpac Amaru, era apodado "el tuerto" por haber perdido un ojo en un accidente.
En abril de 1781 Obaya se presenta ante Katari como sobrino de Túpac Amaru II, quizás para enaltecer su figura,[1] y ambos personajes crean una confianza mutua que fue clave para llevar adelante la rebelión indígena en la región.
Esta confianza fue tan grande que levantó los celos del secretario de Katari, Bonifacio Chuquimamani, e hizo que los aimaras lo apodaran "el rey chiquito" por convertirse en el principal asesor de Katari.
La carta estaba firmada por este supuesto capitán, mencionaba estar en camino con 2000 soldados y pedía que el ejército de la ciudad saliese a su encuentro.
El comandante inmediatamente ordenó prender al indígena, se le preguntó cuándo había recibido la carta y éste contestó que el día anterior, pero la fecha de la carta era del mismo día.
Ambos prisioneras causaron gran interés en la ciudad, muchos curiosos se aglomeraron en las puertas de la casa para verlos y a la marquesa María Bartolina Fernández Pacheco y Díaz de Ceballos se le ocurrió sacar a ambos prisioneros al patio de honor para que puedan ser vistos por todos los que quisieran.
Tanto el obispo como el Oidor rechazaron tales acusaciones, ambos quisieron demostrar ser súbditos fieles al rey Carlos III de España mencionando que de no serlo no habrían llegado a tan altos cargos.