[1] Fue uno de los nueve organismos que luchó por los derechos humanos durante la dictadura.
La comunidad judía dominante en ese momento, temerosa por las represalias recibidas del gobierno, se mantenía en silencio.
La estrategia era que hubiera una sola voz representativa de la comunidad judía.
Por un lado, temían un atentado y, por el otro, la "fisura" de la comunidad, pues sospechaban motivaciones políticas partidarias en el MJDH.
El acto se cerró con una emotiva oración religiosa del rabino Baruj Plavnick.
[17] El 24 de julio se inauguró la sede del Movimiento Judío por los Derechos Humanos en la Avenida José María Moreno 122.
También se abrió una filial en Quilmes (Buenos Aires) cuya primera actividad, el 5 de julio, fue realizar una «Mesa Redonda sobre Derechos Humanos y Democracia» en la que participaron Graciela Fernández Meijide, José Federico Westerkamp, secretarios de la Unión Cívica Radical y el Partido Intransigente, monseñor Jorge Novak, el pastor Arturo Blatezky y el rabino Hans Harf.
El segundo local del MJDH fue en la calle Sarmiento frente al centro Cultural San Martín.
Más adelante, el rabino Marshall T. Meyer logró ser recibido por Itzjak Navon y le expresó su dolor por lo ocurrido.
Estaba integrada por cuatro diputados israelíes quienes al día siguiente de su llegada fueron llamados por sus respectivos partidos políticos para una votación parlamentaria por lo que el Movimiento Judío por los Derechos Humanos no logró entrevistarse con ellos.
En abril de 1984 se formó la comisión «Paz para Nicaragua» cuya primera actividad, coordinada por el secretario del MJDH fue organizada en el Instituto Superior de Estudios Teológicos con la participación del Obispo Metodista Federico Pagura, Adolfo Pérez Esquivel, el pastor Gabriel Vaccaro y el pastor José de Luca.
Los oradores en ese acto fueron el rabino Marshall T. Meyer, Herman Schiller y Saúl Drajer por el Movimiento Judío por los Derechos Humanos, Reneé Epelbaum por Madres de Plaza de Mayo, Alfredo Bravo, el pastor Juan van der Velde por el Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos y Miguel Unamuno, diputado del Partido Justicialista.
También repudió los trágicos sucesos protagonizados por el general Luciano Benjamín Menéndez a la salida del Canal 13 (Argentina) en 1984, exigió juicio y castigo para los implicados en la represión, organizó diferentes conferencias con Gregorio Klimovsky, Graciela Fernández Meijide, Emilio Mignone, Eduardo Schiell, obispo Federico Pagura, exposiciones, jornadas, exposiciones artístico-vivenciales sobre los detenidos desaparecidos, incluyendo la «Jornada por la Vida» en la Sociedad Hebraica Argentina y acompañó la entrega del Informe de la CONADEP de la cual el presidente del Movimiento Judío por los Derechos Humanos, rabino Marshall T. Meyer formaba parte.
El gobierno había colocado, en 1975, un anillo giratorio en el Obelisco con la inscripción «El silencio es salud», frase que terminará siendo repetida en las publicidades de la dictadura en la radio y la televisión.
Después del informe, la frase quedó grabada en el imaginario argentino para repudiar el terrorismo de Estado.