En la torre de esa iglesia fue izada oficialmente por primera vez en Buenos Aires, en 1812, la bandera argentina.
Con respecto al motivo de la forma del monumento Prebisch dijo: La construcción estuvo a cargo del consorcio alemán GEOPÉ - Siemens Bauunion - Grün & Bilfinger, el cual finalizó la obra en el tiempo récord de 31 días, para la que empleó a 157 obreros.
Durante la obra, el obrero italiano José Cosentino cayó en una de las bóvedas del cimiento y murió.
Pero la ordenanza fue vetada por el intendente Goyeneche, y no prosperaron otras tentativas por derribarlo.
En 2024 comenzaron las obras para la instalación de un ascensor que llegará hasta el nivel 55 y además habrá una escalera caracol que contará con 35 escalones para llegar al mirador del ícono emblemático.
Se espera que el proyecto finalice a mitad del corriente año.
[10][11][12] El Obelisco fue el escenario principal en la fiesta que inició los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, al convertirse en una gigantesca pantalla vertical donde con un asombroso juego de luces y sonidos se realizó una cuenta regresiva.
Luego, siempre iluminado, abrió la fiesta con un acróbata descendiendo desde su extremo superior y flameando la bandera argentina.
Tiene una sola puerta de entrada (en el lado oeste) y en su cúspide hay cuatro ventanas, con persianas metálicas, a las que solo se puede llegar por una escalera marinera de 206 escalones con 7 descansos cada 8 m y uno a 6 m.[4] La punta es roma; mide 40 cm y culmina en un pararrayos que no logra verse por la altura, cuyos cables corren por el interior del monumento.
[15] En el frente que da al lado sur, en su base, en un muy pequeño rectángulo, se encuentra escrito este soneto de Baldomero Fernández Moreno, que escribió durante una cena de homenaje en el Alvear Palace Hotel a Prebisch (según la anécdota lo escribió en una servilleta y se lo entregó a su esposa).